miércoles, 16 de marzo de 2011

Sigüenza

Ven de nuevo mis cansados ojos
Sigüenza de los altos almenares;
vuelvo a ti tras acervos avatares,
por curarme de espinas y de abrojos.
Otra vez me asaltaron los antojos
de vagar por los sotos del Henares,
y pintarme del alma los lunares
con el carmín de tus tejados rojos.
No me siento un turista, un transeúnte:
participo también de tu hidalguía,
comulgo del poder de tu potenza:
cuando algún extraviado me pregunte
por un lugar anclado en la armonía,
yo, sin dudar, le indicaré SIGÜENZA.

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