Penúltimo ejemplar de una calaña
que en este cerro encastilló su sueño,
a Montejurra sube un berroqueño
nostálgico carlista de otra España.
Sentado en el morrión de la montaña,
contempla el panorama y frunce el ceño:
!Qué mundo más mezquino y más pequeño¡
!Ay, cuanta corrupción, cuánta patraña¡
Tres vástagos dio el Cielo a este carlista
dechado de la Santa Tradición,
de la Causa postrero reservista:
El primero es del PSOE (! maldición¡)
el segundo (! aún más inri ¡) comunista,
y el tercero, ( ! ya el colmo ¡) maricón.
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