miércoles, 16 de marzo de 2011

Pérez Galdós

Liberal, visceral, rudo adversario
del fanatismo que asoló su mundo,
lopesco por lo vasto y lo fecundo
y probo hasta su hez de grancanario;
si pequeño burgués fue su ideario,
su talante fue crítico y profundo
goyesco al pintar claro y jocundo
aquella sociedad de campanario.
Dotado, cual Balzac, para el relato
tuvo su fijación freudiana: el Clero;
su estilo no se eleva, es más bien chato,
pero al orín resiste como acero.
Expiemos el burdo desacato
de los que le llamaron " garbancero".

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