jueves, 11 de agosto de 2011

Guzmán el bueno

Guzmán el Bueno escucha la vileza
que le anuncia el morito mensajero:
"Tenemos a tu hijo prisionero
 tú eliges : o Tarifa o su cabeza".
Flaquear es humano y no es bajeza
ceder ante el chantaje traicionero :
sólo a Abraham Dios sometió primero
a una prueba de tal naturaleza;
Pero Guzmán el Bueno, el super bueno,
entregó su puñal al enviado,
y le dice sereno : Ve, agareno,
dale un último abrazo a mi hijo amado,
y si manchar no quieres tu gumía,
en nombre de Tarifa, usa la mía "

Longinos

El Centurión romano no comprende
las palabras del reo agonizante :
Perdonar al verdugo es aberrante,
cuando del palo de una Cruz se pende.
Ni tampoco ve claro a qué propende
prolongar el suplicio a aquel bergante;
así que, de un lanzazo terminante,
el corazón del condenado hiende.
Y aquel lanzazo marcará un destino;
al tiempo que remata una agonía
desde su compasiva idiosincrasia :
El lancinante Centurión Longinos
el culto alcanzará y la nombradía
como Santo Patrón de la Eutanasia

Gibraltar

Contumaz obelisco a lo obsoleto,
fosco gigante que a un pigmeo arropa,
forúnculo inquietante en nuestra popa,
reliquia de un Imperio en esqueleto;
redil de victorianos, triste gueto,
que de Numancia recogió la copa,
muela de juicio que le duele a Europa,
mal estrambote para un buen soneto.
! Gibraltar¡ ! Gibraltar¡ Ahora recuerdo
que dijo un dictador que caería
como fruta madura...! Vaya lerdo¡
Está verde, muy verde, todavía;
!Gibraltar¡. Un lugar de Andalucía,
de cuyo nombre...vaya si me acuerdo¡

A Víctor Marturet

No gusta Víctor de sardinas viejas,
guisos plebeyos o vulgar lechuga
que gusta de salmón, mero,  "veluga",
ostras, langostas, nécoras y almejas.
No se vende por plato de lentejas,
y sí por una sopa de tortuga;
va siempre a lo mejor, a la pechuga,
y allá los que prefieran las mollejas.
La comida común le da berrinche,
lejos de lo selecto, se encabrita,
y el mozo que empezó un día de pinche,
hoy tiene paladar de archimandrita,
!por algo un tal Jesús, poeta y compinche,
le dio por sobrenombre "el sibarita"¡

Al venerable Esteban de Adóain

Un ínfimo villorrio, recóndito y remoto
vio nacer a este adusto, fogoso misionero,
que azuzó las conciencias de un continente entero
desde la Cuba grácil hasta el Apure ignoto.
Apóstol cuyo celo nada pondría coto
con planta y con talante de un Isaías fiero;
alérgico a las laicas tijeras del  barbero,
su barba en catarata llegábale al escroto.
Pregonando virtudes,milagros y favores,
Gumersindo de Estella luchó como un jabato
por verlo en los altares, con fe descomunal :
Fue inútil : Fray Esteban, nada amigo de honores,
no ve con buenos ojos el rango de Beato;
prefiere el venerable, que tampoco está mal.