Esta raza ancestral, libre, beduina,
que adora como tótem la cigarra
y canta con un dejo que desgarra
y tiene como un fuego en la retina,
esta casta oriental, sabia y cetrina
que a su forma de ser, firme se agarra,
ya dejó el chalaneo y la chatarra
y el arcón y el clavel por la heroína.
Pues fiel a sus maneras y a sus clanes,
no acata nuestra ley : su genio altivo
obedece otra ley y honra otros manes;
y al verse como chivo expiativo
de todos los delitos y desmanes,
aborrece a los payos...con motivo
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