miércoles, 16 de marzo de 2011

Mi Maestro

Yo quisiera rendir magno tributo
a aquel viejo maestro de mi infancia,
sin cuya abnegación, celo y constancia,
 no haría yo la O con un canuto.
Sembró sin esperar a ver el fruto
el grano de la ciencia en mi ignorancia;
labró con humildad, sin petulancia,
una estatua cabal del bloque bruto.
Fue el ánimo oportuno a ala hora exacta,
el sutil empujón, el toque diestro,
el trato delicado a un alma intacta,
el silbo, más que el tiro del cabestro...
! Si es magnífico ser autodidacta,
aún es mejor tener aquel maestro¡  

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