martes, 29 de marzo de 2011

El verdugo

El hombre que pulsó el botón preciso
que en la silla fatal al reo abrasa,
después de su trabajo, vuelve a casa,
que no es mansión sino modesto piso.
Hace una tierna carantoña al niño,
 da a su mujer el consabido beso;
pregunta ella: "¿cómo ha ido eso?"
responde él:" sin novedad, cariño".
Sentados a comer, la esposa espía
furtivamente, el varonil semblante,
rastreando un pesar, una sombría
rememoranza del atroz instante;
sólo ve frialdad: nadie diría
que acaba de matar a un semejante.

martes, 22 de marzo de 2011

Carro de mocedades

!Carro rústico y chirriante,
carro de mis años mozos;
carro que tiraba, uncido
jadeante caballo tordo;
carro de esbeltos adrales
y ondulantes tentenmozos,
carro de ruedas gigantes
que labró un carrero ignoto;
carro que iba y venía
por los caminos angostos,
trayendo y llevando siempre
cantares, frutos, acopios¡.
!Cómo recuerdo tu estampa¡
!Qué bien se guarda en la foto¡
!Qué seguro me sentía,
qué feliz era a tu bordo¡
!Cuánto soñaba con mucho,
cuánto reía con poco¡
!Carro de mis años verdes,
carro de mis años mozos,
antes que "la dolce vita"
muriera de desarrollo¡.

Fray Evangelista de Ibero

Capuchino ultramontano
Evangelista de Ibero
no fue trigo limpio y sano
aunque hijo de molinero,

en el humus sabiniano
su mente halló semillero
dejando al de Adoáin enano
como integrista y leñero,

si naciera más temprano
se hecha al monte, guerrillero,
con el trabuco en la mano
defendiendo el vasco fuero.

Gudari, pistola en mano
hoy sería "borrokero",
era un lobo euskalerriano
con hábito de cordero.

Lo liberal y lo hispano
midió con igual rasero
y desdén casi rayano
en racismo cizañero.

No era manso franciscano
Evangelista de Ibero,
menos mal que éste fulano
murió joven, treintañero,

si no muere tan temprano
arma la de aquí te espero.
Un punto tenía sano
y resaltarlo yo quiero,

era valiente, era llano
y de hipocresía cero,
de esos que van al grano
no tenía en ello pero;

era otro Alonso Quijano
por lo utópico guerrero,
pero, en tanto el castellano
murió cuerdo el día postrero

ese fraile murió insano
 de integrismo tesonero.

Sermón en la catedral de Pamplona

Lo que le lanzó a la fama
y evitó el anonimato
fue un sermón, más bien soflama
entre arenga y alegato

a todos los euskaldunes
los del norte y los del sur
desde Santurce hasta Funes
desde el Ebro hasta el Adour.

Fue en la Misa Catedral
en honor de San Miguel
declarado principal
patrono del vasco fiel.

!Qué "caña" dio al liberal,
a éste, a ese y aquel
y al que no pensaba igual
que lo que pensaba él¡

Con voz honda, sinaítica
voz de Isaías o Amós,
tronaba su boca crítica
( y no se oía una voz)

menos sacra que política.
! La que armó el fraile de Dios
en la Pamplona levítica
de mil novecientos dos¡

Fue tanta la conmoción,
incluso en el propio clero,
que causó el feroz sermón
de Evangelista de Ibero,

que el liberalismo entero
y la impía oposición
anticlericales fieros
y otros que tal, en unión,

procesarlo consiguieron.
Y esta fue la acusación
(contra el fraile mitinero
a más de provocador) :
desorden público...pero
consiguió la absolución.

Al año siguiente, empero,
repitió la intervención
en Ollo, valle roquero,
y, en su larga alocución,

estuvo igual de leñero
que en el famoso sermón, 
y por todo el valle entero
resonó su vozarrón:
!Hijos de Valdollo, espero
defendáis la religión
La Iglesia y el Fuero Vasco
que hoy sufren persecución;

Dios lo quiere y yo lo quiero
lo quiere el Papa León,
( que si muero o no me muero
se encontraba a la sazón)

y un rapapolvos severo
 les soltó a continuación:
Valdollo, cuna y venero
 del noble pueblo vascón,

perdisteis ya por entero
legua vasca y tradición
igual que el pueblo ribero
más abajo del Perdón,

Valdollo, valle señero,
no tenéis de Dios perdón.
 Evangelista de Ibero
no era un fraile, era un ciclón,

si Javier, de compañero
lo lleva a India y Japón,
hablan hoy- y no exagero-
vasco en Goa y en Cantón.


Estancia en Estella

No pierde la Orden la confianza
en nuestro protagonista
y, a favor de la pujanza
de su espíritu integrista,

en Estella puesto alcanza
-Rector de seminaristas-
y su vasquismo se afianza
allá en la Meca carlista

fraguando estrecha alianza
con la "créme" nacionalista
que, en este vascón a ultranza,
pronto ve un cheque a la vista

y una gran punta de lanza
del ideal separatista,
en Navarra, su añoranza
y su tierra de conquista.

Destino en Hijar y muerte

Fue este el punto de inflexión:
La Orden el caso examina
con cordura y discreción
y, a la postre dictamina,

que es el fraile un problemón
ya que mezcla en su doctrina 
política y religión
lo que siempre trae ruina

y, sujeta a gran presión,
a Evangelista destina 
 a Hijar, bajo Aragón,
tan lejos como hoy la China

y, en tan remoto rincón,
cae enfermo, se amohina
lejos del nido vascón 
y allá su vida termina
de un tumor...e incomprensión.

Hijar, esa fue la espina
clavada en su corazón.

Así se acaba la historia
de este fraile montaraz
que Dios lo tenga en la gloria
y descanse al fin en paz.



Donostia

Bella concha de oro, plaza fuerte
donde el tiro en la nuca más resuena;
bello campo minado, bella arena
donde sangre magnífica se vierte;
bello txoko afeado por la muerte,
bello marco de un cuadro que da pena,
 bella niña que arrastra una cadena
bella neska que en bruja se convierte;
bella mártir llorando que se inmola
en ara de terror, contra el fracaso
de la paz a merced de la pistola,
 bello espejo de Euskadi en turbio ocaso,
de dos ecos rivales caracola,
bella puerta a la noche, bella Easo

Anonimato

Heme aquí, uno más entre la masa,
sujeto del montón, ente pasivo,
tallado por la ubicua "tabla rasa",
de la voraz mediocridad cautivo..
Heme aquí, un borrego más del hato,
una brizna de hierba en prado vivo,
sumido en el atroz anonimato,
 apenas registrado en un archivo.
Heme aquí el que pasó sin dejar huella
aunque de su existencia haya constancia,
solo un grano de arroz en la paella,
un quídam, el que ya  desde su infancia,
fue marcado por su mala estrella,
con la divisa de la irrelevancia.

Gitanos

Esta raza ancestral, libre, beduina,
que adora como tótem la cigarra
y canta con un dejo que desgarra
y tiene como un fuego en la retina,
esta casta oriental, sabia y cetrina
que a su forma de ser, firme se agarra,
ya dejó el chalaneo y la chatarra
y el arcón y el clavel por la heroína.
 Pues fiel a sus maneras y a sus clanes,
no acata nuestra ley : su genio altivo
obedece otra  ley y honra otros manes;
y al verse como chivo expiativo
de todos los delitos y desmanes,
aborrece a los payos...con motivo  

Carlista

Penúltimo ejemplar de una calaña
que en este cerro encastilló su sueño,
 a Montejurra sube un berroqueño
nostálgico carlista de otra España.
Sentado en el morrión de la montaña,
contempla el panorama y frunce el ceño:
!Qué mundo más mezquino y más pequeño¡
!Ay, cuanta corrupción, cuánta patraña¡
Tres vástagos dio el Cielo a este carlista
dechado de la Santa Tradición,
de la Causa postrero reservista:
El primero es del PSOE (! maldición¡)
el segundo (! aún más inri ¡) comunista,
y el tercero, ( ! ya el colmo ¡) maricón. 

lunes, 21 de marzo de 2011

Lazaro o Epulón

Yo trepé a la atalaya desde el hoyo
y ahora soy un burgués bien almenado,
desertor del las layas y el arado,
fugitivo azaroso del arroyo:
mi rogez primigenia pasó al royo
y amansose a la postre en el rosado
pero- para creer que no he cambiado-
a la izquierda política aún apoyo;
aún siento la nostalgia de aquel paria
que odió a la burguesía con pasión;
aún libran en mi mente guerra diaria
mi difícil ayer, mi hoy facilón:
!soy Lázaro de alma proletaria,
que vive como el clásico Epulón¡.

Venecia

Cuando Venecia a colación se saca,
siempre hay alguien que exclama : "Oh, divina".
Viví allí una semana y mi retina
no comparte la loa y la alharaca:
Había más nipones que en Osaka,
los canales olian a letrina,
me esquilmó un comerciante en cada esquina
y una paloma me pringó de caca;
 hormigueaba un tráfago agobiante
de gente diletante y filistea,
todo costaba a precio de diamante
y encontrar buena mesa era odisea,
y por si todo lo dicho no fuera bastante,
contraje en un garito gonorrea.

Mujer hermosa

Vas dejando cuando pasas un perfume infranqueable,
y una espuma de miradas que quisieran actuar;
!cuántos malos pensamientos van pegados a tu talle
como lapas en el casco de una barca en alta mar¡
Tus caderas se cimbrean con reclamo de serpiente,
eres bella como el rostro de una aurora boreal,
son tus pechos dos colinas cada uno con su fuente
y tu pelo una bandera que flamea sin cesar.
!Eres bella¡ Te lo dicen los piropos, los espejos,
los suspiros de los mozos y el piafar de un corazón:
los sesudos moralistas que se guarden sus consejos:
!Tú desnuda en plena calle: eso es la Revolución¡

El hímen de Dña..Cristina viuda y virgen

Al ginecólogo fue,
 una vez, doña Cristina,
pues notaba un nosequé
un picor en la vagina.
 Cumplimentó el formulario,
que encabeza el historial,
 el doctor, protocolario,
como quien cumple un ritual.
"¿Estado civil?- Casada;
cuatro veces, nada menos"
( Vaya vaina más cascada,
para sí pensó el galeno).
Terminado el expediente
que precede a toda acción,
desnudose la paciente
y empezó la exploración.
!Señora, ¿qué dice ahora?¡
dijo el hombre estupefacto,
palpando el himen intacto;
 !Usted es virgen, señora¡ 
-Lo sé, doctor, y lo siento,
esa es mi mayor congoja:
le explicaré en un momento
la aparente paradoja.
De aquellos cuatro maridos,
el primero era arquitecto,
pero en obras de... Cupido,
no pasaba del proyecto.
El segundo...ay, el segundo,
músico el segundo era:
como andaba todo el mundo
siempre tocaba fuera.
Funcionario era el tercero
y nunca tenía gana,
y respondía a mi ruego:
 "mañana, Cristi, mañana".
Y el cuarto amor de mi lista,
lo diré sin disimulo,
como era "felipista"...
sólo me dio por el culo.

Garañones

Diez hijos, macho fecundo,
tuvo mi hermano mayor
y nueve, buen follador,
procrearía el segundo;
pero yo que vine al mundo
el último, el benjamín,
no tuve ni un chiquitín;
me aparté de su sendero,
machorro, estéril, soltero
y maltusiano hasta el fin.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Toledo

Aquí la tolerancia, magno credo,
hermanó por un tiempo tres culturas,
tres religiones, tres arquitecturas,
de una Arcadia racial feliz remedo;
el humanismo floreció en Toledo
antes del flamear de las torturas,
antes de absurdas primogenituras,
antes que el Odio fecundara el Miedo.
! Con honda admiración yo te contemplo,
Toledo medieval, ciudad mestiza,
de ciencia y convivencia bello ejemplo,
que aún nos enorgullece y nos hechiza,
Casa de Ser Humano, sumo Templo,
que el fanatismo trocara en ceniza ¡.
 

Vista atrás

Desde el último otero de la vida,
vuelvo la vista atrás y veo, apenado,
el estéril sendero atrás dejado,
desde el punto crucial de mi partida.
Desde el último otero de la vida,
contemplo la aridez de mi pasado,
los frutos que apunté y nunca he dado
cual la bíblica higuera maldecida.
Pude hacer muchas cosas de provecho,
sembrar un surco, crear un mundo acaso,
pero nada intenté y nada he hecho,
"nada": cabal resumen de mi paso;
y ahora, al subir el último repecho
me escuece la visión de mi fracaso.

Baroja

Nadie podría imaginar su ceño
en la fiesta galante y sibarita,
ni haciéndole cosquilla a Afrodita
ni marcándose un chotis madrileño;
hosco habitante de su propio sueño,
que sólo sus fantasmas necesita,
conjura con su mágica varita,
un mundo airado de un vivir pastueño.
Cual Verne pinta un cosmos submarino,
desde un salón grisáceo, anodino,
así Baroja novelando va
la vida abrupta, tensa, pura, y dura
del trajín de la "busca" y la aventura,
desde el sedentarismo del sofá.

Lutero

El buen Luzbel se reencarnó en Lutero
para gritar " nom serviam" al Papado:
así emergió aquel fraile iluminado
con voz de azote y voluntad de acero;
semilla imponderable, grano fiero
que creció en baobab abigarrado,
entre las indulgencias abonado
con el estiércol corruptor del clero.
Por su sinceridad, por su entereza,
por su talante crítico y buído,
por no humillar, lacayo, la cabeza
al rasero del dogma establecido,
pocos hombres le igualan en pureza,
de cuantos puros en el mundo han sido.

Pizarro niño

En la llanura parda y polvorienta
que el extremeño fiero sol calcina,
un muchacho, a la sombra de una encina,
una piara de puercos apacienta,
 pensando en Ultramar. No se comenta
otra cosa el la aldea campesina:
!Las Indias¡. Una tierra peregrina,
novísima, feraz, verde, opulenta.
Y fija la mirada en Occidente,
que invita a la conquista, y  la aventura
ilumina su cara , aún inocente,
un sueño de poder, oro y ventura
en el distante edén, tan diferente
de su triste, su parca Extemadura.

Cela

Siguiendo de los clásicos la estela,
 brillando del franquismo en la negrura,
surgió, como montaña en la llanura,
el ínclito Camilo José Cela.
Primate de la hispánica novela,
ostenta en la vejez igual frescura;
su indiscutible primogenitura
no ha de finiquitar ni con su esquela.
Discute su valía con insidia
la Crítica mordaz de doble filo,
proclive al reconcomio y a la envidia;
pero él, fiel a su hierro y a su estilo,
a todos con poder y coña lidia,
! maestro" number one", bravo Camilo¡

Mi Maestro

Yo quisiera rendir magno tributo
a aquel viejo maestro de mi infancia,
sin cuya abnegación, celo y constancia,
 no haría yo la O con un canuto.
Sembró sin esperar a ver el fruto
el grano de la ciencia en mi ignorancia;
labró con humildad, sin petulancia,
una estatua cabal del bloque bruto.
Fue el ánimo oportuno a ala hora exacta,
el sutil empujón, el toque diestro,
el trato delicado a un alma intacta,
el silbo, más que el tiro del cabestro...
! Si es magnífico ser autodidacta,
aún es mejor tener aquel maestro¡  

Julio Anguita

Califa zurdo, rojo  emblemático,
portaestandarte del rearme ético
frustrado apóstol de lo soviético,
recauchutado de democrático.
!Qué perfil tiene más numismático¡
!Qué sonsonete más homilético¡
!Qué gusto muestra por lo sintético,
y qué tendencia a lo pragmático¡
Nadie se alarme, no cunda el pánico
con su mensaje decimonónico;
no se alborote el cotarro hispánico:
Por más que rabie y se torne afónico,
en estos lares, Julio el Mesiánico
no tendrá nunca rol hegemónico.

Marx

El judío de Tréveris, segundo
tras el de Nazaret en influencia,
causó tal terremoto en la conciencia
que su onda aún trepida en lo profundo.
No juzguéis su ideario moribundo,
ni lo arrinconéis en la obsolescencia:
Todavía despierta reverencia
este presunto redentor  del mundo.
Su Evangelio, hecho de filosofía,
no admite facilmente la derrota;
no lo deis por difunto todavía,
no mostréis su cabeza en la picota;
la Humanidad se honró con él un día:
por ella pasó Marx: !bien que se nota¡ 
Yo soy la higuera contra el sol y el viento
que un hombre errante en un erial plantó;
no te detengas, peregrino hambriento:
Hojas te brindo pero frutos, no.
Estéril soy desde mi nacimiento
lejos del hontanar de Jericó;
si crecí en el camino polvoriento,
 ¿qué culpa, peregrino, tengo yo?
Si me llueve, quizás florezca un día;
quizá un pájaro al fin cante mirando
una mujer bajo la sombra mía;
quizá sea feliz entonces, cuando
contemple entre mi verde lozanía
los dulces higos del amor colgando.

Yo soy el que enterrara su talento
por miedo de que alguien lo robara,
yo soy el que su campo no sembrara
y, si  una vez sembró, sembró en cemento;
yo soy el que castró su entendimiento
y enseñar rehusó a la plebe ignara;
soy aquel que ocultó la lumbre clara
debajo del celemín, como el del cuento.
Cometí la peor de las afrentas:
privar a los hermanos de mis dones;
si hay un Juez celestial que pide cuentas
y paga a cada cual por sus acciones,
yo temo merecer penas cruentas,

Pérez Galdós

Liberal, visceral, rudo adversario
del fanatismo que asoló su mundo,
lopesco por lo vasto y lo fecundo
y probo hasta su hez de grancanario;
si pequeño burgués fue su ideario,
su talante fue crítico y profundo
goyesco al pintar claro y jocundo
aquella sociedad de campanario.
Dotado, cual Balzac, para el relato
tuvo su fijación freudiana: el Clero;
su estilo no se eleva, es más bien chato,
pero al orín resiste como acero.
Expiemos el burdo desacato
de los que le llamaron " garbancero".

Mi hermano

Leal hasta la muerte permanece
mi hermano a su terruño, siempre encima
de la tierra, que cuida, peina y mima:
de la tierra siamés, desde los trece.
Todo lo que en la vida le acontece,
le acontece en la tierra nada estima
más que la tierra; en ella se sublima,
se encuentra , se realiza y se recrece.
La tierra es su mujer y su querida,
su meta, su ilusión, su paz, su guerra:
no tiene otra ilusión, ni otra salida,
su círculo vital la tierra cierra,
y si hay reencarnación en la otra vida,
se encarnará en lombriz, lombriz de tierra

Rural

Nací donde Pamplona se oxigena
en una vega ecuestre y hortelana,
donde el río serpea su galbana
y el aire no conoce la sirena;
donde huele a jazmín y hierbabuena
y el jilguero su cántico desgrana,
donde espera simiente la besana
y al cemento se opone la azucena.
Nací rural, rural como la espiga,
rural como la llama de amapola,
rural como el gorrión, como la hormiga,
rural como la col y la escarola;
y por nacer gemelo de la ortiga,
nadie liba la miel de mi corola

Rocinante

El rocín viejo y flaco de QUIJANO
que brioso corcel un día fuera,
añora su vigor de primavera,
cabizbajo el mohín, el belfo cano:
Se acabó el gambeteo cartujano,
se acabó el galopar por la pradera;
ya barrunta el retiro y sólo espera
la quietud merecida del anciano.
Pero un día se ve por los caminos,
liado en aventura y en combate,
topando con yangüeses y molinos,
incado en el hijar el acicate...
y piensa el más leal de los equinos:
"Mi amo, a la vejez, se ha vuelto orate".

Manuel Vicent

Manuel Vicent, tus ojos de batracio
exploran esta charca variopinta:
rival no tienes en el mar de tinta,
voraz observador del cartapacio;
yo te leo despacio, bien despacio,
para saborear hasta la  quinta-
esencia de tu córnea distinta
y perderme en tu tiempo y en tu espacio.
Para crear la magia que rezuma
tu lenguaje sutil, electrizante,
toda su luz necesitó Levante
 y el Mare-Nostrum su leyenda suma:
Embelesado voy, vida adelante,
Manuel Vicent en tu abisal espuma 

Sigüenza

Ven de nuevo mis cansados ojos
Sigüenza de los altos almenares;
vuelvo a ti tras acervos avatares,
por curarme de espinas y de abrojos.
Otra vez me asaltaron los antojos
de vagar por los sotos del Henares,
y pintarme del alma los lunares
con el carmín de tus tejados rojos.
No me siento un turista, un transeúnte:
participo también de tu hidalguía,
comulgo del poder de tu potenza:
cuando algún extraviado me pregunte
por un lugar anclado en la armonía,
yo, sin dudar, le indicaré SIGÜENZA.

Cuenca

!Acrópolis manchega encaramada
a un cerro que  las nubes casi toca;
castillo que se encrespa y que se enroca,
al borde de inquietante barrancada¡.
!Cuenca erguida, incisiva, acantilada,
capricho de una orografía loca;
señero aduar, siamesa de la roca,
campeona ancestral de la escalada¡
Huyendo de la turba y del atasco
busco refugio en tu redil, me encanta
ser eremita en tu avizor peñasco,
tu arista me remoza y me levanta:
curado del esplín, libre del asco,
 !Cuenca, en las cuencas de mis ojos canta¡ 


Rubén Darío

En la selva del verso castellano
Rubén es el león y la domina:
su estro es de una hechura tan divina
que casi, casi no parece humano;
se eleva sobre todos, soberano;
su cetro no se arruga ni declina;
toda la fauna ante su voz se inclina
y el más crecido se declara enano.
Hay poetas más hondos y sutiles,
ingrávidos los hay, como libélulas,
y hay otros que penetran, cual reptiles,
en el fondo del fondo de las células;
mas cuando el plecto de Rubén estalla,
todos se dicen el uno al otro: "Calla" 

Tarsicio de Azcona

Grabad en el frontispicio
de alguna vieja casona:
"AQUI NACIO FRAY TARSICIO
HIJO SEÑERO DE AZCONA".
De Dios estuvo al servicio,
mas no olvidó a su Matrona,
la Historia, que era su vicio
y hoy de lauro le corona.
En nuestros siglos mayores,
su erudición fue oceánica;
como premio a sus labores
sobre la Gran Era Hispánica,
le cuenta entre sus autores
la Enciclopedia Británica.

Biografía de Fray Elías de Labiano

Allá en Labiano, remota aldea,
fruto de Juana y de Serafín,
nació Isidoro, Dios loado sea,
cuando este siglo justo alborea,
de cinco hijos el benjamín.
Sus padres eran pobres pastores,
gente creyente, gente de bien,
siempre enfrascados en sus labores,
 igual que aquellos adoradores
del neonato Dios de Belén.
Los tiempos eran oscuros:
Mucha penuria, mucha estrechez;
luchaba el diente contra el pan duro,
en chica hacienda era el futuro
negro, tan negro como la pez.
Así que un día, el octavo año
del siglo veinte, por Navidad,
a la penuria buscando apaño,
 vendieron todo, casa y rebaño
y se marcharon a la ciudad.
(Siempre han soñado los emigrantes
con anchos ríos de leche y miel,
pero, a menudo, ahora y antes,
sus fantasías traen frustrantes
ríos de llanto, ríos de hiel).
Estos hallaron pan y soldada
en una finca de alto postín,
ella de fámula, vulgo criada,
y él de hortelano, aunque la azada
le era algo extraña al buen Serafín.
El río Arga, limpio y cansino
regaba el huerto,amplio y feraz;
tapia con tapia, los Capuchinos;
se iba tejiendo lento el destino
de Isidorico, listo rapaz.
Casa Lagarde, casa Lagarde
donde su infancia mi héroe pasó,
!que tu memoria siempre se guarde,
contra el asfalto, contra el alarde
del urbanismo que te engulló¡
Al parvulario de Escuelas Pías
él y otro niño del barrio van,
pero, al futuro gran Padre Elías,
los Escolapios no le atraían;
los Capuchinos eran su imán.
Con cada toque de la campana,
 tañendo a Misa o a la oración,
al avispado chico de Juana
le iba creciendo su franciscana
e irresistible???vocación
Muy pronto haría de monaguillo
y entre los frailes solía estar;
bien se notaba que a aquel chiquillo
le encandilaba el suave tufillo
característico del Altar.
Una mañana de Enero fría,
con trece años y una ilusión,
al Seminario se marcharía,
al que en Alsasua la Orden tenía
en el camino de la Estación. 
!Alsasua, Alsasua, tu nombre arranca
nostalgias y ecos de bienestar,
plena de grises, de soles manca,
de la Burunda con la Barranca
quicio, bisagra y piedra angular¡.
Letras, Historia, Latín, Griego...
rezos y estudios al alimón;
destacaría entre todos luego
como la hormiga de Samaniego,
era un prodigio de aplicación.

Fray Elías de Labiano

No escatimo yo alabanza
a este clérigo ejemplar,
paradigma singular
del fraile a la antigua usanza.
Reliquia preconciliar
a la que el cambio no alcanza,
despertando va añoranza
con su hábito talar.
Hexámetros en Latín
en su torre tridentina
compone, inmune al orín:
con su muerte tendrá fin
una especie peregrina
a los fósiles afín.

A Victor Marturet

No gusta Víctor de sardinas viejas,
guisos plebeyos o vulgar lechuga,
que gusta de salmón, mero, "veluga"
ostras, langostas, nécoras y almejas.
No se vende por plato de lentejas
 y sí por una sopa de tortuga;
va siempre a lo mejor, a la pechuga,
y allá los que prefieren las mollejas.
La comida común le da berrinche,
lejos de lo selecto, se encabrita,
y el mozo que empezó un día de pinche,
hoy tiene paladar de archimandrita;
!Por algo un tal Jesús, poeta y compinche,
le dio por sobrenombre: "el sibarita". 

Retrato de Emiliano

Jamás ejemplo vi más acabado
de espantajo en un chasis de sarmiento,
ni estampa más lograda de esperpento,
ni mejor prototipo de tarado:
sifilítico, gafo, jorobado
y tartamudo hasta el impedimento,
contrahecho, miope, purulento,
viejo, renco, baboso y desdentado.
Pero lejos del trauma y del complejo,
 aún bulle la pasión tras su pellejo:
cuando pasa a su lado la Ramona,
la come con los ojos el guiñapo
y acierta a tartajear, hinchando el papo,
con sonrisa de Drácula : !Ja, ja, ja, mo, mo, na

Papa Luna

!Benedicto¡ Más terco no se empeña
el mar contra la roca levantina;
!Benedicto¡ Más terca no se obstina
la hiedra en la muralla berroqueña;
!Benedicto¡ Penacho de alta peña,
   Peníscola se enquista y se empecina;
!Benedicto¡Palabra numantina,
que de testarudez es santo y seña.
Ni bulas, ni anatemas, ni condenas
limarán en un tris su pertinacia:
No podrán ni a las malas ni a las buenas,
que es Papa y de Aragón, por suerte y gracia
y Papa morirá entre las almenas
de la más célebre contumacia.

Daniel de Estella

Tampoco era terciopelo
para mí Daniel de Estella,
 que en primar la cara bella
ponía todo su celo.
Le tomé una vez el pelo
sin maldad y ..!allá fue ella!
Por un poco me estrella
contra las losas del suelo.
Narciso como un doncel,
rodeábase de su clan
a sus gracias siempre fiel,
de su liderazgo, fan;
lo que más recuerdo de él,
su acusada nuez de Adán

Fray Casiano

Refitolero sin panza
de los que pocos se dan
seco, enjuto, a semejanza
de un santo de Zurbarán.
Era un capuchino a ultranza,
 franciscano "quinto dan",
repartía la pitanza
siempre con  serio ademán.
Un lego a la antigua usanza,
un auténtico azacán.
Aún escucho su zancada
por el pasillo central
de la sala abarrotada
del refectorio frugal
bajo la hambrienta mirada
del rebaño colegial;
la mano al cazo agarrada,
reluciente el delantal
y la gran olla colmada
del potaje conventual. 
El menú poco variaba;
como en las fondas añejas
patatas, alubias, habas
y pedregosas lentejas,
si alguno refunfuñaba
"si no las quieres las dejas"
La legumbre allí reinaba
que no eran tiempos de almejas,
yo, como era un tragaldabas,
me comía hasta las quejas.
Después, en segunda pasa,
Fray Casiano,"calderón",
así le puse yo en guasa,
repartía la ración
que era magra, por escasa,
y no magra de jamón
ente invisible en la casa.
Solo el alto escalafón
lo cataba, que la masa
ni con la imaginación
De las viandas de Casiano
 merece especial mención
el "manjar del altiplano"
que nos mandaba Perón:
albóndigas de peruano
guanaco de importación.
Le costaba al escolano
masticar tal"munición",
podía jugarse a mano
con ellas en el frontón.
Y, para postrimería, 
con la pera y la manzana
mermelada en demasía
y dulce el fin de semana.
Nadie sostener podría
que no era comida sana,
para el tiempo que corría,
la pitanza cotidiana
que Fray Casiano servía
aunque parca y espartana.
Fray Casiano que hoy estás
en el Cielo, por tu hombría
y tu entrega a los demás,
de la refitolería
fijo allá te encargarás,
y a Dios, Jesús y María
y a los Santos servirás
el manjar de la ambrosía
plato que no hará jamás
Ferrán Adriá y compañía.

Benjamín de Legarda

Aún retengo en mi magín
en mi memoria se guarda
!igual que en un camarín¡
la imagen no muy gallarda
de aquel padre Benjamín,
hijo egregio de Legarda.
Parecía un querubín,
de los que Murillo pinta,
barbilindo y gordinflón
su estatura tan sucinta
cuan amplia su erudición;
nos hacía sudar tinta
con la lengua de Platón.
!Cómo nos urgía a andar,
cruzando llanos y montes
en la Anábasis sin par
del penoso Jenofonte
hasta poder divisar
por fin, en el horizonte
!!Tallasa¡¡ !!Tallasa¡¡ el mar.
Sus filípicas resuenan
aún en mi laberinto;
si nace en tierras helenas
allá por el siglo quinto,
sienta cátedra en Atenas
en Esparta o en Corinto,
pero con su tipo, apenas
turbaría el bajo instinto
de hetairas o de sirenas.
Aunque nació en la vertiente
más benigna del Perdón,
nunca se mostró indulgente
en la calificación;
jamás dio un sobresaliente
ni a la más lúcida mente
ni al más plúmbeo empollón.
Exigía tal nivel
y capacidad tan alta
que, rayando en lo cruel
( como hacía Angel Peralta
con su víctima,el burel )
nos rejoneaba con faltas
y suspensos a granel.
Por lo que me atañe a mí,
poco más que el alfabeto
del idioma de Epicteto
 en sus clases aprendí;
la ardorosa verborrea  
de Demóstenes fue un reto,
 una hercúlea tarea
imposible para mí.
Con aquel "frailín" inquieto
al que bendijo Atenea 
y Adonis le puso veto,
sacar un siete discreto
! era toda una odisea ¡ 
Pero con todo y con eso
como parecía un niño
con su bigotillo espeso
y su garboso corpiño,
a pesar de ser un hueso
yo le tenía cariño,
de verdad, os lo confieso.
 !Un beso, Benjamín, niño...
y, !Gora el Peloponeso¡ 

Eusebio de Goizueta

Medio siglo de neblina
no ha borrado la silueta
de aquel fraile de Goizueta,
Prefecto de disciplina.
Seco como la cecina,
duro como la palmeta,
cruce de monje y atleta,
terror de la estudiantina.
Como lo veo lo pinto :
siempre adusto, siempre tieso,
 desde primero hasta quinto
me siguió como un sabueso,
pesadilla de mi instinto
de adolescente travieso.
Su retrato es bien sucinto:
Fray Eusebio : !Todo un hueso¿.

Mi biografía

Yo he sido un mariposón
un culo de mal asiento:
Casi no hubo profesión
a la que no echara un tiento,
 ni tuve una ocupación
que me dejara contento;
la perseverancia es don
 contra mi temperamento.
A lo once años de edad
me metieron capuchino,
fue contra mi voluntad;
ese no era mi camino:
yo buscaba libertad
y el convento era un botrino;
 seis años !qué eternidad¡
vestí el hábito cetrino.
Al salir, mi madre hoy muerta,
aunque no se lo pedí,
 me dio en herencia una huerta,
así que hortelano fui,
pero la tierra es incierta
y un buen día la vendí
ante la primera oferta:
La azada no es para mí.
Siguiendo asesoramiento
de un hombre con poca vista,
por explotar mi talento
fui a estudiar de periodista,
pero se "jodió en invento"
porque en la España franquista
escribir era un tormento
y me borré de la lista.
Marché después a London
siendo casi treintañero
y allá, en la Pérfida Albión,
me hice un "as" del fregadero,
fregué platos mogollón:  
En el Reino Unido entero
no hubo más ducho fregón
ni español más jabonero.
Tras dos años "impolutos"
macilento y sin un real
y con los pelos hirsutos,
volví al terruño natal
y me puse a criar cutos,
lo que no me fue tan mal,
pues saqué de tales brutos
un pequeño capital. 
Por continuar mi trasiego
y harto de tanta inmundicia,
 a los negocios del juego
me condujo la codicia;
pero me dieron el pego,
 pues caí como novicia
en burdel y no lo niego:
Cara pagué mi estulticia.
Huyendo de tal sangría,
y a medias con un sobrino,
con los cuartos que aún tenía
de mi período porcino,
monté una carnicería;
mas de culo todo vino
y pronto la dejaría
si no la dejo, me arruino.
 Luego, por poco dinero,
abandonando el jabugo,
adquirí un aserradero,
al Destino así le plugo,
 y en él sudé un año entero,
pero saqué poco jugo,
que en el gremio del madero
yo era, sin duda, un tarugo.
Bar abrí a continuación
en barrio de mala estampa
y, aunque tuve aceptación
por que soy hombre sin trampa,
se acabó pronto el filón
pues me cayó toda el hampa:
Drogas, manguis y...el copón.
Y eché el cierre a ver si escampa.
Después, ya peinando canas,
me dediqué a cerrajero:
Hice verjas y persianas
a mi modo chapucero,
 hice puertas y ventanas
como hace todo herrero,
pero como buen "juanlanas",
lo que no hice fue...dinero.
Y ahora, en mis postrimerías,
 lejos de la vida inquieta
de profesiones baldías,
sin más mira ni más meta
que dejar pasar los días
de una senectud discreta
con más penas que alegrías,
me he metido yo a POETA