miércoles, 16 de marzo de 2011

Marx

El judío de Tréveris, segundo
tras el de Nazaret en influencia,
causó tal terremoto en la conciencia
que su onda aún trepida en lo profundo.
No juzguéis su ideario moribundo,
ni lo arrinconéis en la obsolescencia:
Todavía despierta reverencia
este presunto redentor  del mundo.
Su Evangelio, hecho de filosofía,
no admite facilmente la derrota;
no lo deis por difunto todavía,
no mostréis su cabeza en la picota;
la Humanidad se honró con él un día:
por ella pasó Marx: !bien que se nota¡ 

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