domingo, 20 de noviembre de 2011

Teresa de Avila

Nunca una villa más muerta
parió un alma de más vida,
ni de plaza más dormida
brotó mente más despierta;
nunca una sierra más yerta
dio un volcán de más pasión,
ni un lugar más mansurrón
un espíritu más fiero
ni nació mayor venero
de más árido peñón. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario