Su nombre estuvo escrito en la ceniza
de un Régimen, en pos de un revulsivo :
un vasco elemental y primitivo,
que hizo historia, paliza tras paliza ;
pero pronto- gloria resbaladiza-
cayó por la pendiente hasta el archivo :
fue sólo un sueño agraz, guiño furtivo
fue sólo un sueño agraz, guiño furtivo
delirio de una Era caediza.
! Pobre Urtáin ¡ ! Mejor si hubieras vuelto
al terruño auroral, al lar nutricio ¡
! Maldito el pescador de río revuelto,
que te lió en la urdimbre de ese oficio ¡
! Nunca debiste andar, tan niño, suelto
al borde de un dorado precipicio ¡.
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