sábado, 19 de noviembre de 2011

Babieca

El caballo del Cid piafa y zarpea,
trémulo el belfo aún tras la algarada;
no es que quiera más hierro y más pelea :
es que la sed le abrasa despiadada.
Rodrigo, encabezando la mesnada,
pone rumbo a la fuente de la aldea:
el  sudor, como cálida nevada,
los lomos de los équidos blanquea.
Bebe el jinete, libre de armadura;
bebe Babieca, floja al fin la cincha,
 y apurando con ansia el agua pura ,
los ojos torna y los ollares hincha...
y apagada por fin la calentura
ve una yegua  a lo lejos y ...relincha.

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