martes, 31 de enero de 2012

Padre Esteban de Adoáin

!Qué celo, qué exaltación,
qué proselitista furia,
qué obsesión por la lujuria
la del velloso santón¡
Movido por su pasión
 de cátaro intolerante
pudo hacer de comandante
de los celotas de altar
dispuestos a lapidar
a la adúltera flagrante.
***
El Padre Esteban y la dama canadiense


Según su biografía,
una dama del demonio
al Padre esteban un día
prendándose de sus hombría,
le propuso matrimonio.
Rechazóla con horror,
"-vade retro Satanás-"
el rudo predicador,
pero dijo en su interior:
"!Macachis, qué buena estás¡"
( Si ella insiste un poco más,
adiós el fraile menor¡)

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