sábado, 28 de enero de 2012

Sucedáneo del Mesías

Desde los viejos tiempos del profeta Isaías,
El Pueblo Hebreo cree que un día ha de venir,
el divino Enviado, el Ungido, el Mesías,
panacea infalible, mirífico elixir.
Holocaustos, progromos, diásporas y ordalías
ni un ápice mellaron su fe en el porvenir :
!Tiemblen sus enemigos, porque las profecías,
más tarde o más temprano se tienen que cumplir¡
Pero mientras el pueblo pedía  en su salterio
la llegada anhelada del Mesías tardón,
sus líderes, sagaces, con práctico criterio
buscaban en el Dólar rápida salvación :
!Welcome, Becerro de Oro, Mesías del Imperio¡
A falta del genuino, buena es la imitación.

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