jueves, 19 de enero de 2012

Voltaire

Arouet, Francisco María.
El buen párroco que un día
le echó el agua bautismal,
nunca se imaginaría
que aquel párvulo sería
el sumo anticlerical;
Pero el niño berreón
que pataleaba ante el cura,
ya mostraba su futura,
irrefrenable afición:
odiar una asignatura
sobre todas : Religión.
Y en el colegio fardón
de la insigne Compañía,
cuando en la pía oración
se cantaba "Ave María",
Arouet, Francisco María,
mascullaba: " Ave, Razón".

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