domingo, 8 de enero de 2012

En la muerte de Joaquín Prat

No era el común presentador bonito,
que a menudo aparece en la pantalla,
sino un rostro curtido en la batalla
triunfador a pesar de su palmito.
"Trabajó" : Su epitafio así se ha escrito;
trabajando le halló "La que nunca falla":
No le deis una póstuma medalla;
no gustaba de lauros Joaquinito.
Tuvo que ser su encaste valenciano
quien le diera un frescor tan espontáneo,
un frescor que en las aulas no se enseña:
Desde hoy es más cordial y más humano
con sus cenizas el Mediterráneo
y su orilla más clara y más risueña.    

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