Prefiero ser polvo vano,
que libre en el aire flota
y en cabriolas se alborota
con el soplo del solano,
a ser alfombra sumisa,
lamedora del burgués,
rendida siempre a los pies
del tirano que la pisa.
Polvo soy que se rebela,
polvo danzante que anhela
la imposible finitud;
polvo con asco a la alfombra,
que aun siendo nada se asombra
de su propia excelsitud.
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