viernes, 3 de febrero de 2012

Girolamo Savonarola

Aquel Girolamo que hisopaba  el cieno,
terco fulminante del vicio carnal,
que en todos los goces veía veneno
y a pocos salvaba del fuego infernal;
aquel Girolamosin tacha y sin freno,
mastín cancerbero del rigor moral,
déspota implacable del albedrío ajeno,
látigo inclemente del cuerpo social,
tiene en nuestros días muchos seguidores,
mentes moldeadas en igual troquel,
fundamentalistas y predicadores,
que por sus verdades darían la piel,
pero...por civismo de los "pecadores";
estos Girolamos no acaban como él.

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