El hogar es su misión
y en él la vida se pasa,
que no tiene Nicolasa
otro oficio o profesión ;
esclava del escobón,
prisionera de la casa,
barre, guisa, desengrasa,
mientras oye el "culebrón".
De la compra a la cocina,
siempre sudando y bregando,
como auténtica azacana...
Solo el café de la esquina
le alivia de vez en cuando...
y así ayer, hoy y mañana.
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