No es tierra bendecida por Minerva,
pero Ceres la colma con sus dones;
Neptuno le ha negado sus tritones,
pero Baco la mima, ! gran reserva¡
Un tiempo fue de Marte amante y sierva,
Vesta aquí suscitó mil vocaciones,
Eros siempre encontró limitaciones
y Venus triscó poco en esta hierba.
En su especialidad, mimético de Jano,
( por un lado mirando al Pirineo,
por el otro encarando al vasto llano );
cría Hécules forzudos a voleo
y se funden fragores de Vulcano
con la música mítica de Orfeo.
( Pero aquí, como en todo suelo hispano,
el dios con más devotos es Orfeo ).
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