El que soltó al mafioso Barcellino
y con ETA no muestra gran desvelo,
con Jesús de Polanco extrema el celo
e inflexible se muestra hilando fino.
Ha perpetrado tanto desatino
tal guirigay ha armado, tal revuelo,
que desde el escolar hasta el abuelo
conocen ya a este juez tan peregrino.
De su imparcialidad se fía poco
media España, otra media en él confía;
ésta le juzga probo, aquella loco;
nadie niega sus líricas manías
plasmadas en el texto archibarroco
de sus autos, bravos galimatías.
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