El que Papa quiso ser
y se quedó en cura raso,
si del alba hasta el ocaso
cumplió bien con su deber,
trocó en triunfo su fracaso.
Quien aspiró a Canciller
y se quedó en Concejal,
si su rol no lo hizo mal
envidia no ha de tener
sino orgullo natural.
Quien iba para "lumbrera"
y no pasó de "bombilla",
si alumbró una buhardilla,
fue brillante a su manera:
No es más grande el que más brilla.
!Aspirantes a la Gloria,
malogrados de la Historia,
ensoñadores baldíos,
parias del Anonimato
del Olvido yo os rescato;
vosotros sois de los míos¡.
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