Guapo, la verdad, no soy
y tocante a inteligencia
no soy ninguna eminencia;
de salud, tirando voy;
y aunque me siento ya viejo
con los sesenta al topar,
YO NO ME PUEDO QUEJAR
Y NO ME QUEJO.
Dinero mucho no tengo;
mejor dicho, tengo poco;
oficio o empleo, tampoco;
de ahorrillos me sostengo;
y aunque al mirarme al espejo
me dan ganas de llorar,
YO NO ME PUEDO QUEJAR
Y NO ME QUEJO.
Nunca estuve en candelero,
mi nombre a nadie le suena,
vivo sin gloria y sin pena
como el topo en su agujero;
mas si a otros me emparejo,
viendo el ajeno penar...
YO NO ME PUEDO QUEJAR
Y NO ME QUEJO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario